Se habla mucho de violencia, pero, ¿se puede hacer algo al respecto?
Sí, se puede prevenir.
No tenemos una varita mágica, sin embargo...
Se sabe que un chico/a violento, casi siempre, es aquel que tiene un problema de seguridad y de autoestima. Y lo mismo se puede decir del agredido. Así que hay que potenciar esa sana autoestima.
¿Cómo se puede hacer?
- Valorando más a la persona, a lo que se es, que a lo que tiene o consigue. Es decir: el chavalín ha de saber que el afecto que le tenemos es incondicional, y que no depende de lo listo que sea, de las notas que saque, lo gracioso que resulte... Es lo más importante.
- Ha de saber que se le va a escuchar, cuando tenga algo importante que decir. Por eso hay que dedicar tiempo a oir, a estar con ellos.
- Un niño seguro es aquel que sabe cuándo está haciendo las cosas bien y cuándo no, o si se quiere, dónde están los límites. Y esto lo sabrá si hay coherencia en lo que se le dice. Es fácil entender el contraejemplo: si lo que hoy hace gracia mañana es motivo de castigo y pasado mañana de enfado grande, realmente le será difícil saber qué hacer. Así funcionará sólo por ensayo y error, y cuando no obtenga el resultado deseado, la frustración dará paso a una rabieta, la rabieta a caras largas... y todo eso desembocará en inseguridad.