
Sábado por la tarde. LLueve muchísimo, y el aeropuerto está muy, muy lleno. Algunos recién llegados miran asombrados mientras van a recoger sus equipajes. Y no es para menos. Está teniendo lugar la entrega de premios de uno de los Festivales más significativos -y también poco conocidos, me temo- de nuestro Archipiélago.
La foto es un momento de la actuación de los ganadores: ¡'Filipinas!
Mientras actúan, me fijo en unas niñas vestidas con el traje de Turquía. Se abrazan emocionadas a otra criaturita, de unos 9 años, que tiene aspecto de ser de otra nacionalidad. Y mientras, pienso que entendida así, la globalización tiene un sentido altamente positivo: contacto e intercambio, real y en todas las direcciones y sentidos, de diferentes tradiciones, de distintas riquezas y, seguramente, comunes esperanzas.
